San Andrés Mixquic en Día de Muertos
Ven y sé testigo de la maravilla del Día de Muertos en uno de los lugares más auténticos de México.

El Día de Muertos, una festividad que late con las raíces más profundas de México, se convierte en un mosaico de tradiciones, música y color que rinde homenaje a nuestros seres queridos que nos precedieron en el viaje a la eternidad. En este vibrante escenario, San Andrés Mixquic se alza como un faro de celebración, donde cada rincón cobra vida en una danza de cempasúchiles, velas y recuerdos.
Un pueblo con historia: San Andrés Mixquic, resplandece en la alcaldía de Tláhuac, al sur de la Ciudad de México. La etimología de su nombre, que significa "en el mezquite", refleja la conexión íntima con la tierra y sus habitantes, quienes tradicionalmente utilizaban el mezquite con propósitos alimenticios. La expresión literal en español, "lugar de quien cuida el agua", añade un toque poético a la riqueza cultural del lugar.
La Alumbrada, una noche de encanto: La joya de la corona de la celebración en San Andrés Mixquic es la "alumbrada". Esta mágica velada, donde las velas destellan como estrellas fugaces, es el epicentro de la conmemoración. En el panteón, corazón de la festividad, las tumbas se visten con pétalos de cempasúchil, altares impresionantes y la luz cálida de veladoras que guían a los difuntos de regreso a su descanso eterno.
Días de tradición y devoción: Los días cruciales, el 1 y 2 de noviembre, despiertan Mixquic con una energía especial. Desde el mediodía, las calles se llenan de personas que acuden al panteón para embellecer y honrar las tumbas de sus seres queridos. Más de 100,000 almas convergen en este pequeño rincón de la Ciudad de México para participar en las tradiciones y maravillarse con los atractivos que danzan en torno a esta celebración única.
Imagen: Roberto Michel, cementerio durante la alumbrada en San Andrés Mixquic, México
En tu visita a Mixquic, te sumergirás en un mar de pétalos, altares que narran historias y el resplandor cálido de velas que iluminan tanto el presente como el pasado. San Andrés Mixquic se revela como un destino imperdible durante esta tradicional fiesta, donde la magia de la vida y la muerte se entrelazan en una celebración inolvidable.
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